Esta incidencia, la más común, suele ser también la más frustrante, pues puede tener su raíz en motivos tan diversos que no resulta fácil determinar cuál es el causante. Si el problema se ha producido de un día para otro, lo más cabal es empezar por recuperar un estado anterior de Windows tecleando Restaurar sistema en la casilla de búsqueda del menú Inicio.
La herramienta que se abrirá te permitirá seleccionar una fecha en la que todo funcionaba correctamente. Lamentablemente, lo más frecuente es que la ralentización se haya ido produciendo paulatinamente, y que tenga por tanto sus orígenes en una falta de mantenimiento. Veamos cómo corregirla
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